La Oscuridad acechaba de nuevo, y Ogni, no disponía de leña seca, con la que encender un fuego; ya que llevaba más de 2 días atravesando una de las cordilleras más aridas de Hedeh. El viento, hoy, soplaba más fuerte de lo normal, y todos sus esfuerzos se habían centrado en encontrar un lugar donde resguardarse del frio.
Por suerte, el refugio que había encontrado, formaba un recobeco, que no dejaba entrar el aire y le permitía mantenerse a salvo y descansar hasta la mañana siguiente.

- Ojala, encuentre algún día el sentido de todo esto. - se decía así mismo.

Ogni, llevaba más de 2 años alejado de su hogar. El mismo, que por acusaciones, injustas, hicieron que fuera expulsado.

Durante todo este tiempo, dolido e irritado, había ido deambulando de un lado a otro, sin saber que hacer en el mundo de Hedeh. Su Padre, le había enseñado el oficio de Escriba, con lo cual, por sus manos, habían pasado textos de diversos generos, muchos de ellos relacionados con la Caballeria y la Magia. Y él, siempre que podía, oculto a los ojos del resto, ponía en practica muchas de esas lecciones. Tal vez no podría decirse de él, que fuera muy presto en el manejo de las armas y los hechizos, pero su gran memoria y atención, hicieron que progresara rápidamente.
Gracias a esas dotes y a todo lo aprendido, había conseguido sobrevivir en el peligroso mundo de Hedeh y se había hecho mas habilidoso y astuto. Cuando necesitaba dinero, ofrecía sus servicios en las bibliotecas de las ciudades por las que pasaba, y así, se alimentaba y seguía aumentando sus conocimientos.

Ogni, no se había relacionado con mucha gente en sus travesias, pues en varias ocasiones, habían intentado robarle. Y se había vuelto algo desconfiado. No fue, hasta pasados 6 meses del inicio, de su viaje; que se cruzo en su camino un anciano un tanto enigmatico. Éste, le acompaño, en el viaje hasta la ciudad de Morwein, a 6000 Millas de distancia, cruzando los valles Goldar y el paso de Bugar.Donde tuvieron que combatir contra diferentes criaturas.
Durante la travesia, tanto Ogni, como Azaquiel, que así se llamaba el anciano. Se fueron conociendo, y ambos, descrubieron en el otro, habilidades y aptitudes increibles. Tal admiración; creo en ellos, un vínculo de respeto y amistad, que acabaría prolongandose eternamente.

Azaquiel, que había sido un Poderoso Mago a las Ordenes del Rey Zuma, lo tomó como aprendiz y le fue modelando durante el viaje. Transcurrieron 3 meses en los que Ogni, aprendió muchas cosas y perfecciono algunas otras, convirtiendose en un alumno avezado. Pero al final, el viaje, llegó a su fín. Azaquiel, despúes de descansar en la posada con su aprendiz y amigo Ogni. Se levantó y se despidió. Ogni quiso acompañarlo, ya que bien, bien...no sabía a donde dirigirse. La compañia de Azaquiel, durante esos días, había sido muy grata, y él, se sentía muy agusto junto a el, aprendiendo cosas nuevas a cada paso.

- No Ogni, a partir de ahora, ya no caminaremos juntos. Nuestros caminos, se separan aquí.
- Pero...yo...no tengo nada que hacer. Podría ir contigo y ayudarte a hacer lo que necesitaras?
- Yo no necesito hacer nada ya Ogni! y tu si que tienes muchas cosas que hacer. Que se revelarán a su debido tiempo. Adiós Ogni. Buen destino.

Dicho esto Azaquiel, se marcho y Ogni continuo su viaje, con una idea que no dejaba de rondarle en la mente.

- Ojala encuentre algún día el sentido de todo esto. - se decía así mismo.

Después de cenar unos jirones de carne seca, Ogni se dispuso a dormir envuelto en su manta. Intento crear un hechizo para entrar en calor, pero al estar exhausto y no disponer de leña, lo único que conseguía era malgastar sus fuerzas. Al final, el cansacio le pudo, y le sumió en un profundo letargo.

Durante las noches, Ogni, había sufrido pesadillas y sueños, algunos relacionados con sus deseos, de igualdad y de justicia,pero ninguno como el que tuvo ese día.

Criaturas de La Luz y de La Oscuridad de diferentes regiones de Hedeh, se reunian alrededor de un escudo, sangre y bruno, con el símbolo de Ac (Runa Mágica). Todas ellas reían y discutían sin usar las armas, en lo que parecía una congregación de Heroes.

- Equilibrio!. - decían unas voces.
- Valor Hermanos!. - Rugían otras.

Sonidos e imagenes, esta vez, volvían a fundirse. En un lugar, que se asemejaba a una aldea, situada sobre lo alto de una loma. Ahí, podía verse a Ogni, satisfecho y con el rostro en paz, contemplando el horizonte, y escuchando un susurro lejano.

- El tiempo, ha llegado...búscalos!...únete a ellos y...devuelve el equilibrio!!

Al día siguiente, al despertar. Ogni, sabía ya, cual era su siguiente paso.